El padre habia enseñado al chico que las mujeres tenian dientes alli abajo. El muchaco crecio completamente convencido de que eso era verdad. Años despues se caso y cuando a las varias semanas aun no la habia tocado, su mujer empezo a presionarlo para obtener lo que merecia. Preocupado fue a hablar con su amigo Juan. Cuando este ve las posibilidades le dice: -Bueno, esta noche voy a esconderme debajo de la cama, y cuando tu esposa llegue vos te vas al baño y me dejas ocuparme a mi de ella. Esa noche entonces, cuando la esposa se mete en la cama, el muchacho obedientemente se leventa y se va. Momentos despues la esposa empieza a gritar. El se acerca a la puerta del dormitorio y tambien grita: -Dale Juan! Dale Juan! Rompele los dientes!!